El reciente aumento de la demanda de guantes médicos como consecuencia de la pandemia mundial del COVID-19 ha dado lugar a multitud de estafas. El resultado es el envío a EEUU de guantes de nitrilo falsificados y de segunda mano.

Esta noticia que ha destapado la CNN en Estados Unidos hace sospechar que las mismas circunstancias pueden estar sucediendo en todo el mundo. La enorme demanda de productos limitados que se ha producido como consecuencia de la pandemia ha provocado la relajación de las medidas de control.

Un nuevo negocio lleno de ilegalidades

Se han observado multitud de estafas recientes como consecuencia del envío a EEUU de guantes de nitrilo falsificados y de segunda mano.

Un equipo de investigación de CNN ha analizado esta noticia y se ha encontrado con que Las autoridades estadounidenses y tailandesas están llevando a cabo investigaciones penales sobre la exportación de guantes en mal estado que no cumplen con los requisitos de los compradores.

Los expertos denuncian que esta industria está plagada de fraudes. Los guantes de nitrilo son la «mercancía más peligrosa de la Tierra en este momento». Dice Douglas Stein uno de estos expertos en el tema.

«Un flujo interminable de guantes sucios, de segunda mano y de calidad inferior que entra en Estados Unidos y del que las autoridades federales, al parecer, solo ahora están empezando a comprender la enorme magnitud».

Relajación de las medidas de protección arancelarias

A pesar del riesgo potencial que supone este hecho para los trabajadores sanitarios y los pacientes, las autoridades estadounidenses han tenido dificultades para controlar el comercio ilícito. Esto es debido a que las normas de importación de equipos médicos de protección se suspendieron temporalmente en el momento álgido de la pandemia, y siguen suspendidas en la actualidad.

Los guantes de nitrilo de calidad médica son utilizados habitualmente por los médicos y los profesionales de la salud en los exámenes de los pacientes. La FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos ​​ ​es la agencia del Gobierno de los Estados Unidos) prohíbe el uso de látex en polvo en la atención sanitaria, mientras que los guantes de vinilo de menor calidad son más comunes en entornos industriales y en la manipulación de alimentos.

Los guantes, producidos casi en su totalidad en el sur y el este de Asia, dependen de un suministro finito de caucho natural, de fábricas altamente especializadas y de una experiencia de fabricación especializada. Un incremento en este suministro no puede darse rápidamente algo que ya habían anunciado con años de antelación las marcas especializadas en la producción de estos artículos. Algo que se puso claramente de manifiesto con la llegada de la pandemia.

Los gobiernos y los sistemas hospitalarios se apresuraron a conseguir lo que necesitaban, y docenas de empresas sospechosas que buscaban un beneficio rápido vieron una oportunidad.

Algunos ejemplos de prácticas ilícitas

A finales del año 2020, Tarek Kirschen, un empresario afincado en Miami, encargó unos US$ 2 millones en guantes a una empresa tailandesa llamada Paddy the Room. Su intención era venderlos posteriormente a un distribuidor estadounidense. Esta empresa aportaba documentos de inspección independientes impecables que resultaron ser totalmente falsos.

«Eran guantes reutilizados. Estaban lavados, reciclados. Algunos estaban sucios. Algunos tenían manchas de sangre. Algunos tenían marcadores con fechas de hace dos años… No podía creer lo que veían mis ojos».

Kirschen dice que devolvió el dinero a sus clientes, llevó los guantes en un vertedero y alertó a la FDA en febrero de 2021.

Tras consultar con otros importadores de estos productos, muchos de ellos aseguraron que habían tenido experiencias similares con empresas del sudeste de Asia desde el inicio de la pandemia. No solo con el caso de los guantes, sino también con unos 40 millones de mascarillas falsificadas y cientos de miles de otros artículos de EPI.

Redadas en Bangkok

Por su parte la FDA tailandesa ha tenido dificultades para hacer frente al comercio fraudulento de guantes de nitrilo.

Cuando sus agentes hicieron la primera redada en Paddy the Room el pasado mes de diciembre, encontraron montones de bolsas de basura llenas de guantes sueltos, de diferentes colores, materiales y calidad. Los trabajadores del almacén estaban metiendo los guantes viejos en cajas nuevas y falsificadas de la marca SriTrang, un conocido y legítimo productor de guantes en Tailandia. SriTrang aseguró a CNN que no hace negocios con Paddy the Room.

Pero la redada no supuso el cierre de Paddy the Room que simplemente se trasladó a otro almacén.

La FDA tailandesa afirma que ha llevado a cabo al menos 10 redadas en los últimos meses y ha incautado guantes usados y de baja calidad que se reenvasaban en cajas de nitrilo falsificadas. En algunas redadas se descubrió que los trabajadores lavaban los guantes usados a mano en cubetas de lavado y los teñían con colorante comestible.

«Puede que sea demasiado lento secarlos colgados, así que los meten en una secadora, literalmente una secadora de ropa», explicó Boonserm.

Sospecha que muchos guantes usados se recogen en China o Indonesia y se envían a Tailandia para lavarlos, secarlos y volver a empaquetarlos.

La magnitud del fraude en el sector de los guantes médicos ha llevado a muchos compradores internacionales a tomar medidas drásticas para recuperar su dinero.

Tal es el caso de Louis Ziskin decidió ir a Tailandia para intentar recuperar los US$ 2,7 millones perdidos por su empresa. Pero las cosas se complicaron y varias personas fueron detenidas y acusadas de agresión y secuestro tras un enfrentamiento en un restaurante de Bangkok.

La policía tailandesa no cumpliera el plazo para presentar las pruebas del caso. Como consecuencia, se permitió a Ziskin salir de Tailandia y volar a su casa en Los Ángeles. La policía tailandesa dice a CNN que la investigación no está cerrada.

Tráfico de materiales médicos ilegales

Todos esos datos son la punta de un iceberg. Una muestra de magnitud del tráfico de materiales médicos usados a EEUU y cuyo fraude puede ascender a miles de millones de dólares.

Esta noticia que ha destapado la CNN en Estados Unidos hace sospechar que las mismas circunstancias pueden estar sucediendo en todo el mundo. Esto es debido a la enorme demanda de productos limitados que se ha producido como consecuencia de la pandemia y a la relajación de las medidas de control como consecuencia de la enorme demanda.

Fuente: Investigación CNN


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